Joaquín Ibarra y Marín, nacido en Zaragoza en 1709, fue uno de los grandes impresores españoles de la historia. Reconocido a nivel nacional e internacional, ha sido el impresor de cámara de Carlos III. Su tipografía más famosa fue la utilizada para imprimir una de sus obras más hermosas y reconocidas: “El Salustio”. La tipografía, diseñada y cortada en realidad por Antonio Espinosa de los Monteros, vivió su máximo esplendor allá por el año 1770 y se dejó de utilizar cerca de 1965. A principios de la década de 1990, la imprenta zaragozana Gráficas San Francisco tuvo el acceso a esa obra al imprimir un fascimil de la misma. Pablo Murillo, uno de los trabajadores de la imprenta, y José Luis Acín obtuvieron imágenes microfotográficas de los caracteres originales para recuperar y digitalizar la tipografía y poderla utilizar en los ordenadores. Se sacaron cinco muestras distintas de cada letra para reconstruirla lo más exacta posible. Mediante el uso del ordenador se intentó dibujar los contornos de todas las letras y se utilizó la tipografía Times New Roman para completarla con los caracteres que no se utilizaban en esa época, como el símbolo del dólar o la arroba. La parte informática del proyecto fue llevada a cabo gracias a la Universidad de Zaragoza por medio del Grupo de Informática gráfica del profesor Francisco José Serón Arbeloa y sus alumnos Juan Ignacio Pulido y Sandra Baldasarri. Gracias a la financiación del Gobierno de Aragón e Ibercaja, el Instituto Tecnológico de Aragón (ITA) y la imprenta San Francisco ultimaron el proceso en 1993, editando un libro que recogía la historia e incluía un disquete con la tipografía para PC y Mac en formatos TrueType y Postscript, recomendando la copia y máxima distribución de los archivos. También se llegó a un acuerdo con la multinacional AGFA – Gevaert para la incorporación de la Ibarra a su colección de tipografías con carácter mundial, como se recoge en el propio libro. El resultado es una letra con una apariencia antigua y unos contornos no demasiados definidos. Posee algunas desproporciones, problemas de kerning propios de la impresión con tipos móviles y no existe una unidad en los grosores de los trazos, lo que denota que más que una reconstrucción, se trata de una reproducción digitalizada de la letra sacada del original. Por esa razón su apariencia refleja esas irregularidades propias de la tecnología y técnicas de la época que pueden resultar apropiadas para diseños donde se quiera transmitir esa sensación. La tipografía es totalmente gratuita y de libre descarga

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